Todo comienza con el fundador Louis Vuitton que no era rico al principio todo lo contrario se dice que a los 14 años de edad se fue a pie de su pueblo a Paris, donde consiguió trabajo como aprendiz de un fabricante de cajones.
Fue el amor al diseño, su dedicación y talento que lo hizo ganar fama, tal es así que Louis Vuitton fundó en París alrededor de 1854 ésta empresa, que lleva su nombre, exclusivamente dedicada a la fabricación de equipajes y accesorios de viajes. Esta compañía tuvo como primer logro que la esposa de Napoleón III , la emperatriz Eugenia, se quedara cautiva de su trabajo lográndole confeccionar muchas piezas, y ésto le permitió relacionarse y captar la atención de celebridades de aquella época como el duque Nicolás (Rey de España), Goto Shojiro (edil de Tokio), Abdülhamid (sultán otomano) y actores de Hollywood.
Y su fama siguió creciendo, y se extendió a nivel internacional, pero sólo a las personas adineradas con gusto sofisticado y conocedores de los buenos artículos de viaje, tal es así que viajaban exclusivamente a París para llevarse éstas maletas, a pesar de ser la compañía en ése entonces pequeña y dirigida por integrantes de la familia Vuitton.
Entre éstos clientes estaban muchos japoneses, de ésto se percató la compañía y es así que corriendo la época de los 70, tiempos aquellos que los japoneses dado el auge de su economía, ostentaban y compraban frenéticamente, la compañía pensó en ingresar a Japón.
LA ESTRATEGIA EN JAPON
En el año de 1978 la compañía Vuitton inaugura sus tiendas en Tokio y Osaka. Pero su ingreso no fue fácil, ya que tuvo que ser fuerte a la presión de las grandes tiendas departamentales como Mitsukoshi, Seibu, Takashimaya,etc miembros de enormes keiretsu, con siglos de antiguedad, que imponen sus reglas de entrada y es difícil negociar con ellas , las cuales les propusieron crear un centro de distribución en Japón, ellos dijeron que tenían que adaptarse a las reglas de distribución japonesas, pero la compañía le dijo NO, "todo lo que se venda vendrá directamente de la matriz", y es más no quisieron ser una compañía más en Japón, ni mezclarse, es así que les contrapusieron que las mercancías se venderían única y exclusivamente en las boutiques Louis Vuitton.
Otras condiciones fueron que ellos mismos controlarían las operaciones de ventas, además los vendedores tendrían que ir a París exclusivamente 1 vez por semana para entrenamientos.
Y que por ningún motivo habría descuentos ni rebajas a sus productos.
Todo ésto se le concedió a la compañía Vuitton, logrando con ello ofrecer productos de calidad y servicio sin igual, por ende posicionarse en Japón, capitalizarse y expandirse por todo el mundo.
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