En el Comentario de hoy vamos a analizar los resultados de la reunión entre el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente estadounidense, Donald Trump. El reportaje es obra de Masayo Nakajima, comentarista de política de Radio Japón.
Nakajima empieza diciendo que antes de la reunión había preocupación en Japón por los comentarios que había hecho Donald Trump sobre el mercado de divisas, el comercio del automóvil y el coste del mantenimiento de tropas militares estadounidenses en territorio japonés. Sin embargo, aunque Trump se había pronunciado al respecto, no hizo ninguna petición concreta durante la reunión. A esto hay que sumar que otros funcionarios de Washington confirmaron que Estados Unidos tiene la obligación de defender Japón, según dicta el tratado de seguridad nipoestadounidense, que, además, cubre las Senkaku, unas islas situadas en el mar de la China Oriental. Japón, que controla estas islas, sostiene que son parte inherente de su territorio, mientras que China y Taiwán reclaman su soberanía.
Al término de las conversaciones, la delegación japonesa dijo que, en su opinión, los dos países habían logrado transmitir un mensaje rotundo, sobre todo a China y Corea del Norte. En el trasfondo están las repetidas incursiones de barcos chinos en aguas territoriales japonesas cerca de las Senkaku y el misil balístico que lanzó Corea del Norte mientras Abe y Trump seguían juntos.
En cuanto a la repercusión mundial de la reunión, hay opiniones divididas en la prensa por la proximidad total de Japón a Estados Unidos, como muestra el hecho de que Abe aceptara jugar al golf con Trump, un presidente que es blanco de las críticas dentro y fuera de su país por decisiones políticas como la orden ejecutiva contra cierto tipo de inmigración. Sin embargo, apunta el comentarista, debido al elevado grado de dependencia de Japón con Estados Unidos, por lo que respecta a la seguridad, la realidad hace que sea difícil para el Gobierno japonés distanciarse de la Casa Blanca.
En el plano económico, el viceprimer ministro japonés, Taro Aso, y el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, llegaron a un acuerdo para entablar conversaciones más adelante, lo que aplaza de momento las duras negociaciones que se avecinaban. El Gobierno de Trump tiene como prioridad el país y la creación de puestos de trabajo. Por tanto, dice Nakajima, es posible que haga solicitudes exigentes durante las negociaciones comerciales bilaterales. Una de ellas podría ser establecer límites a las exportaciones japonesas a Estados Unidos. Es probable que los negociadores se vean en el aprieto de encontrar puntos en los que hacer concesiones al tiempo que evitan el enfrentamiento.
A fin de sentar las bases de diálogo, la intención es que el vicepresidente Pence visite Japón lo antes posible, y el propio Trump se ha comprometido a hacer lo mismo. Los dos máximos mandatarios se volverán a ver en mayo, con motivo de la cumbre del G7 de Italia, y en julio, en la cumbre del G20, esta vez en Alemania. Esto deja entrever que Trump podría visitar Japón en noviembre, cuando viaje a Vietnam para asistir a las reuniones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Según el comentarista, no cabe duda de que la relación bilateral con Estados Unidos va a afectar en gran medida a la situación interna del Gobierno japonés. Por consiguiente, Abe se esforzará por consolidar un buen entente con miembros de la Administración estadounidense. Al mismo tiempo deberá estar pendiente de la repercusión que podría tener la disolución de la Cámara Baja y la consiguiente celebración de elecciones, en una fecha anterior a diciembre de 2018 cuando expire el actual periodo legislativo.
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